En el monitoreo que CAINTRA realiza de la economía mes con mes, se confirma que el 2019 fue un año de retroceso en la actividad económica. El INEGI confirma esta situación publicando que, por primera vez en 10 años, el PIB se contrajo en México. Parte de esta reducción es producto de la contracción de la actividad industrial, el manejo del gasto por parte del gobierno y la desaceleración en el sector externo.

Respecto a la contracción de la actividad industrial, en México la manufactura está muy ligada a lo que suceda en Estados Unidos, donde el conflicto comercial con China y las huelgas del sector automotriz resultaron en una reducción del 0.2% de la manufactura del vecino del norte. No obstante, si bien la industria estadounidense se desaceleró y la economía creció a menor tasa de la esperada, la situación no fue de contracción generalizada, pues este país tuvo un crecimiento anualizado del PIB de 2.3%.

La contracción de la manufactura estadounidense se reflejó en México a través de un menor dinamismo de las exportaciones, que avanzaron un 2.3% en 2019, porcentaje menor al 10.1% de 2018. Además, la manufactura a noviembre solo ha crecido un 0.4%. El poco avance del sector manufactura también incidió en la creación de empleos, ya que en todo el país solo se generaron 22 mil empleos, siendo la menor creación de empleos desde 2009.

El menor dinamismo manufacturero ha incidido en el estado de Nuevo León, donde la manufactura, por primera vez en 10 años, enfrenta una reducción en las plazas laborales. Al mes de diciembre de 2019 el sector industrial de Nuevo León, con base en datos del IMSS, reporta una caída de más de 4 mil empleos.

Otra de las situaciones que afecto de forma significativa al crecimiento del país fue la reducción considerable de la inversión física, que a octubre de este año acumula una caída de -5.35% tanto en la adquisición de maquinaria y equipo como en las actividades de edificación y construcción. Parte de esta debilidad en los flujos de inversión se ha dado por una merma en la confianza empresarial que a lo largo del año ha presentado una tendencia de contracción y de menor ánimo para invertir y hacer negocios.

No obstante, para 2020, condiciones como el acuerdo entre Estados Unidos y China y el proceso de ratificación del T-MEC, se comienzan a consolidar como factores positivos para los agentes económicos. La mayor certidumbre puede incidir en el mejoramiento de las condiciones de inversión y por ende en el incremento de la actividad económica para este año.

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