NEWSLETTER

Suscríbete al newsletter de Transforma para recibir nuevo contenido.



    Consulta nuestro Aviso de Privacidad para conocer más sobre la protección de tus datos.

    Columnas

    18.agosto.2025

    ¿Y AHORA CON 40 HORAS… QUÉ VAS A SOLTAR?

    Durante años nos entrenaron a pensar que más horas equivalen a más compromiso. Aceptamos como dogma que el quedarse tarde es sinónimo de liderazgo. Y que el que se va “a su hora” seguramente no trae la camiseta puesta.

     

    Hasta que el contexto cambió.

     

    Hoy se discute en México una posible reforma que reduciría la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales. Y lo más curioso es que el reto no es técnico. Es emocional: ¿Qué tenemos que dejar de hacer? ¿Y ya te preparaste para dejar atrás lo que ya no cabe?

     

    En muchas empresas, la idea de eficiencia sigue atada a llenar la agenda de reuniones que pudieron ser un correo. De reportes que nadie lee. De protocolos que nadie cuestiona. Las semanas laborales están cargadas de horas y horas invertidas… en sostener una forma de trabajar que ya no da más.

     

    Y aquí es donde viene el verdadero punto de inflexión: Una jornada de 40 horas no es solo un ajuste administrativo… Es un espejo.

     

    Uno que refleja, con crudeza, todo lo que ya venía fallando:

    • Procesos que dependen de personas específicas porque nadie más los entiende.

    • Operaciones que solo avanzan si alguien “se pone duro”.

    • Supervisores apagando fuegos en lugar de liderar mejoras.

    • Turnos mal diseñados, decisiones tardías, talento desaprovechado.

     

    No se trata de una jornada más corta. Se trata de exigirnos más… en menos tiempo.

     

    Y no, este no es un mensaje pesimista. Es un llamado a despertar.

     

    Porque hay empresas que ya están trabajando en eso. Que decidieron anticiparse y rediseñar su sistema operativo antes de que les caiga encima el nuevo horario.

     

    Y no son solo grandes corporativos. Son fábricas medianas. Empresas de servicios. Equipos comerciales. Negocios que entendieron que el futuro no se trata de hacer más con menos… sino de hacerlo distinto.

     

    Tengo relativamente poco tiempo que acompaño a las empresas en sus procesos de transformación, pero en estos años he notado unos patrones interesantes; sobretodo por que se repite constantemente. Las empresas tienen más ganas que presupuesto, más urgencias que tiempo y más talento del que ellas mismas reconocen; pero el factor común que en la mayoría de las organizaciones pasa desapercibido, es que, la mayoría de las empresas no necesita más gente. Necesita hacer que el trabajo tenga sentido.

     

    Y eso, por difícil que suene, empieza soltando lo innecesario. Lo que ocupa tiempo, energía y espacio… sin generar valor.

     

    Las 40 horas no son un problema. El problema es todo lo que acumulamos porque nadie se atrevió a cuestionarlo. Y tal vez ahora, con menos tiempo disponible, por fin tengamos el pretexto perfecto para hacerlo.

     

    Así que antes de preocuparte por cómo vas a cubrir las horas que “faltan”, pregúntate ¿qué sobra? ¿Qué tareas sobreviven solo por costumbre? ¿Qué procesos siguen vivos aunque ya nadie los necesita? ¿Qué hábitos resistes cambiar solo porque “así siempre ha sido”?

     

    PORQUE CUANDO EL TIEMPO SE ACORTA, LA CLARIDAD SE VUELVE OBLIGATORIA

     

    Y si no sabes por dónde empezar, aquí van tres preguntas que uso con los equipos que acompañamos en el Centro de Competitividad de Monterrey:

    • ¿Qué tareas hacemos que ya no aportan valor?

    • ¿Qué cosas solo suceden porque alguien “se acuerda”?

    • ¿Qué parte del trabajo depende demasiado de una sola persona?

     

    Las respuestas incomodan. Pero también liberan.

     

    Porque las 40 horas no son el problema. El problema es todo lo que acumulamos sin atrevernos a cuestionarlo. Y tal vez ahora, con menos tiempo disponible, por fin tengamos el pretexto perfecto para hacerlo.

     

    Por Cesár González. Especialista en Excelencia Operativa