Todos sabemos que las empresas viven hoy una realidad difícil. Todavía no terminan de recuperarse de la crisis económica causada por la pandemia y los mercados aún mantienen un alto grado de incertidumbre. Asimismo, las expectativas de servicio de nuestros clientes son más altas, por lo que las operaciones de nuestros centros de trabajo se han ajustado a marchas forzadas a esta nueva realidad.
Las organizaciones han tenido que echar mano de tecnologías que les permitan mantener las operaciones. Esta situación nos ha hecho más conscientes de la integración de nuevas herramientas para hacer las operaciones más eficientes y poder servir mejor a los clientes.
Recibimos información sobre los beneficios que brinda la implementación de herramientas tecnológicas y lo importante que es la transformación digital, pero algunos no sabemos por dónde comenzar.
¿Qué es la transformación digital?
Se puede definir como la integración de tecnología digital en las diferentes áreas de una empresa, algo que agrega valor a nuestras soluciones, acompañadas de un cambio en la cultura que es el habilitador de una nueva forma de trabajar.
Entre los recursos de la transformación digital se pueden contar el acceso remoto y la movilidad, big data, IoT (internet de las cosas), servicios en la nube, realidad aumentada y machine learning, entre otras. Si bien algunos de los términos nos resultan familiares y entendemos a qué se refieren, donde realmente se produce valor y donde encontramos el principal reto es en la articulación de estas herramientas para que atiendan necesidades.
Es inspirador ver a las grandes empresas tecnológicas y usarlas como referencia. ¿Quién no quiere ser el próximo Amazon? ¿Por qué no usar realidad aumentada como herramienta de entrenamiento? ¿Por qué no usar drones para realizar inspecciones desde las alturas y así reducir riesgos para nuestro personal?
Un estudio reciente de McKinsey & Company indica que sólo 26 % de las transformaciones digitales se consideran exitosas, aun cuando las empresas cuentan con conocimientos digitales. En la industria tradicional, las tasas de éxito caen entre cuatro y 11 por ciento.
El pasado miércoles 11 de noviembre, el Centro de Competitividad de Monterrey (ccm) fue anfitrión del Digital QuickStart. Este evento es parte de la estrategia de replanteamiento de nuestra oferta de transformación digital, el cual busca generar mayor valor en el ecosistema industrial y está alineado a nuestro compromiso de formación empresarial. En éste, por medio de talleres y eventos de capacitación, promovemos el compromiso a favor de la competitividad, con énfasis hacia el interior de las empresas, buscando la diferenciación mediante programas, como el de transformación digital.
Durante las ponencias del Digital QuickStart, nuestra comunidad de expertos nos ayudó a identificar algunos puntos clave al momento de implementar la transformación digital:
1. La transformación digital no es una meta
Debemos evitar el uso de tecnología sin una estrategia y sólo enfocarnos en beneficios rápidos. Buscamos un beneficio en reducción de costos, ventas, satisfacción del cliente.
2. Entender el valor de la transformación
La transformación digital debe ser medible e influir en los resultados del negocio. Debemos asegurarnos de tener indicadores que reflejen el efecto de los proyectos de transformación digital y así poder comunicar su valor, entendiendo por valor producir más y mejor, reducir costos y vender mejor.
3. Dirección
Debemos definir hacia dónde vamos y qué buscamos alcanzar. Comunica de modo efectivo a la organización la dirección que se está tomando y revisa que las prioridades de la empresa estén alineadas. Hay que establecer claramente si se busca enfocarse en el front end hacia el cliente o en el back end, que son los procesos internos de las compañías. En cualquiera de ambos casos, se debe contar con un conocimiento profundo de los procesos.
4. Talento y cultura adecuada buy-in
La organización debe impulsar un cambio en la manera de trabajar; no es un cambio automático y debe permearse en todos los niveles de la organización. No es la responsabilidad de una persona o de un área, sino de toda la organización. Por lo anterior, debemos asegurarnos de que nuestro equipo de trabajo esté habilitado con las capacidades y competencias necesarias.
La transformación digital es la evolución natural de las organizaciones para mantenerse competitivas y asegurar su sustentabilidad. Incorpora nuevos elementos que abren la puerta a innovaciones, no sólo de nuevos productos o mercados, sino en nuestros procesos internos y cómo interactuamos con nuestros clientes.
La transformación requiere un enfoque que va más allá de adaptar tecnología a la operación del negocio; se debe tener en cuenta los recursos humanos y la cultura de la organización.
No tenemos que ser el próximo unicornio, incluso no tenemos que ser una empresa grande para sacar el mayor provecho de las tecnologías y de nuestros recursos humanos. En el ccm vemos la transformación digital como una extensión de los programas de competitividad (transformación esbelta). No son programas enfocados sólo en la manufactura, sino en las diferentes áreas de las operaciones. Esto incluye las mejores prácticas empresariales al adaptar tecnología al negocio y reconfigurar el funcionamiento de la organización en su elemento básico, el recurso humano, en el entendido de que las tecnologías siempre estarán acompañadas de personas.
Por LUIS ENRIQUE ROCHA
Centro de Competitividad de Monterrey (CCCM)