Terminal Marítima Mazatlán (TMAZ) se inauguró en 2012 en Mazatlán, Sinaloa, como parte del grupo chileno Sudamericana Agencias Aérea y Marítimas (SAAM), una empresa con más de 60 años de experiencia en la industria marítimo-portuaria.
TMAZ fue fundada a partir de que ganara, en 2012, la licitación por el contrato de cesión parcial de derechos con la api Mazatlán por un periodo de 20 años, es decir, hasta 2032, con una opción de extensión por 12 años, hasta 2044. En noviembre de este año, Terminal Marítima Mazatlán cumplirá 10 años de operación.
La empresa SAAM pertenece a su vez a Grupo Quiñenco, uno de los principales grupos económicos chilenos, con una capitalización bursátil de alrededor de 97000 millones de dólares en activos, como empresas financieras, de bebidas o de minería. También cuenta con 30% de la naviera Hapag-Lloyd. “En el caso de Terminal Mazatlán, como empresa chilena buscamos en su momento posicionar la primera bandera portuaria en México, pero nosotros tenemos como grupo corporativo operaciones en más de 14 países, en 80 puertos, ya sea por las distintas divisiones (remolcadores, puertos u operaciones logísticas en el continente americano)”, cuenta Mauricio Ortiz Medina, director general de TMAZ.
Se trata de un puerto o terminal multipropósito que atiende una amplia variedad de servicios o cargas, principalmente vehículos, contenedores, carga general, carga de proyecto y a granel. La empresa cuenta con una plantilla de alrededor de 400 colaboradores, entre personal fijo –que ronda los 150– y variable, que corresponde al personal sindicalizado.
Si bien TMAZ podría categorizarse como un puerto pequeño-mediano frente a puertos de la magnitud de Manzanillo o Lázaro Cárdenas, desempeña un papel importante en el mercado de importaciones y exportaciones. Se trata del segundo operador de vehículos del Pacífico mexicano, después de Lázaro Cárdenas. “Hoy operamos la importación de Nissan que viene de Japón, que es descargada en nuestro puerto y almacenada en nuestros patios”, señala Ortiz Medina. Asimismo, en términos de volumen de contenedores, el Puerto Mazatlán representa más de 1% del movimiento de contenedores en el Pacífico y moviliza 7% de la carga suelta del Pacífico mexicano.
TMAZ ofrece distintas bondades a los importadores y exportadores en el territorio mexicano. La primera es el atraque de buques al arribo. Al llegar un buque al puerto de Mazatlán, inmediatamente es atracado y operado. De acuerdo con Ortiz Medina, esto representa una ventaja frente al Puerto Manzanillo, “donde muchas veces tienen que parar los buques entre 20 y 30 días, en espera de ser operados”.
La segunda ventaja que ofrece son los días libres de almacenaje. Actualmente, la ley aduanera establece siete días de almacenaje para importación y 15 para exportación. De acuerdo con Ortiz Medina, en algunos puertos, incluso, esos días han disminuido. Sin embargo, TMAZ puede ofrecer 30 días libres de almacenaje a sus clientes, lo que brinda una ventaja importante en términos de cadenas logísticas y tiempos de entrega.
La tercera ventaja es el despacho aduanal expedito con el que cuenta. “Nosotros tenemos récord, por ejemplo, con la industria automotriz. La carga se baja del buque, nosotros la cargamos en el tren y, en un par de horas, está fuera de la terminal. Eso es algo que no puede ofrecer ningún otro puerto”, asegura Ortiz Medina. Asimismo, en el caso de los contenedores, “tenemos récord de que en menos de 30 horas la carga está despachada fuera de la terminal”, lo que representa una ventaja competitiva para aquellas empresas que necesitan el just in time.
Según Ortiz Medina, las ventajas de TMAZ, como la disponibilidad de sus almacenes, sus días libres sobre el nivel de mercado, el atraque de buques al arribo y el despacho expedito desde el recinto fiscalizado, implicaron un crecimiento de 23% en cuanto al acero de importación en 2021, principalmente para las industrias automotriz y de envases.
Cabe destacar que TMAZ tiene aún más posibilidades de crecimiento. “El puerto hoy día tiene unas tasas de utilización que le permiten crecer y, en ese sentido, estamos confiando en desarrollar negocios de largo plazo con empresas metalmecánicas y siderúrgicas de Nuevo León”, anota Ortiz Medina.
Ortiz Medina menciona algunos casos de éxito con mercancías movilizadas para importación y exportación. En el caso de mercancías a granel, TMAZ recientemente renovó su contrato anual con la empresa sinaloense Sal Natural, que ofrece servicios de cabotaje desde Guerrero Negro, en Baja California Sur, hasta Mazatlán para las industrias alimentaria y de la sal que transporta anualmente en sus distintos buques.
Otra instancia de éxito de mercancías a granel es la empresa regiomontana DeAcero. “Con DeAcero tenemos una economía circular, donde traemos la chatarra al puerto de Mazatlán, vía cabotaje o vía importación. Después la enviamos vía tren o ferrocarril con Ferromex a Celaya. En Celaya tienen sus procesos productivos y retorna nuevamente al puerto de Mazatlán para exportarse como varilla o rollo de alambrón”, cuenta Ortiz Medina.
En el caso de la carga suelta o el acero de importación, TMAZ tiene un caso de éxito con la empresa neoleonesa Prolamsa. “Iniciamos operación el año pasado con ellos y han tenido importantes volúmenes con nosotros mes a mes”, asegura Ortiz Medina.
Otro caso de éxito llegó a partir de la crisis sanitaria por Covid-19. Previo a la pandemia, la Asociación Maderera de México realizaba toda su importación por medio de contenedores. Debido a la escasez de contenedores –y, por ende, los altos costos– que la pandemia trajo consigo, esta industria decidió migrar su logística a los busques de carga suelta. Ortiz Medina cuenta que, al llegar estos buques a los distintos puertos de México, por ejemplo, el puerto de Manzanillo, se percataron de que no existía la capacidad necesaria para atenderlos en tiempo y forma. Fue entonces que TMAZ se acercó a la asociación para ofrecerle una solución logística que le permitiera continuar con sus importaciones en México.
Asimismo, la terminal cuenta con clientes históricos, como Pinsa o Pesca Azteca, que por años han confiado en su operación y siguen movilizando sus mercancías gracias a ella. Ejemplo de esto son las cargas históricas que dependen de los recursos de la zona, como las exportaciones en contenedores refrigerados de pescado congelado extraído cerca de las costas de Mazatlán. “Llegan, son descargados en el área de cabotaje del puerto y posteriormente enviados a la planta de los clientes. Después vuelve el contenedor refrigerado listo para su exportación”, indica Ortiz Medina.
El Puerto Mazatlán tiene también una exportación relevante de garbanzo, especialmente hacia los principales mercados de Europa y el Mediterráneo, además de un volumen relevante de importación de contenedores de madera provenientes de Chile y que se envían al estado de Durango, principalmente.
Al igual que todas las divisiones del corporativo SAAM, la TMAZ cuenta con una estrategia de modelo operacional transversal que le permite operar no sólo con eficacia, sino con eficiencia. “No sólo es hacer la tarea, sino hacerlas bien y en el menor tiempo posible. Ésa es nuestra regla y está dentro de nuestros valores corporativos”, dice Ortiz Medina.
Asimismo, TMAZ busca ayudar a los clientes cuando se enfrentan a nuevos proyectos. “Asistirlos a la hora de entender cómo serían sus costos logísticos completos y, de alguna manera, reducir las facturaciones que puedan tener. Porque muchas veces está la factura del puerto, la factura del agente aduanal, la factura del transportista, la factura de algún operador logístico, etcétera”, señala Ortiz Medina.
El objetivo de la TMAZ frente a la industria metalmecánica de acero de importación es ofrecer soluciones integrales que les facilite la vida al importador y al exportador, además de brindarles una buena experiencia de operación en el puerto.
La seguridad también es un valor importante, por lo que TMAZ trabaja con compañías internacionales que le ayuden a posicionar el puerto de acuerdo con estándares de clase mundial. “Tratamos de hacer las operaciones bien, cuidando aspectos de seguridad industrial tanto para nuestros trabajadores y colaboradores como con lo que está relacionado para minimizar cualquier probabilidad de daño a la mercancía”, comenta Ortiz Medina.
De acuerdo con Ortiz Medina, desde 2021 TMAZ ha desarrollado un plan de inversiones que incluye la adquisición de tres grúas portacontenedores y más de seis montacargas de distintas capacidades para resolver el aumento en cuanto al volumen de carga que ha presentado el puerto. Además, para satisfacer la demanda de espacio de los nuevos proyectos, especialmente de acero de importación, TMAZ planea hacer inversiones tanto en nuevas bodegas como en equipos adicionales.
En Mazatlán se están construyendo dos parques industriales importantes: Mazatlán Logistic Center y el Parque Aeroespacial. El primero, según Ortiz Medina, brindará una importante capacidad adicional de bodegas de gran tamaño, “algo de lo que carecía el puerto de Mazatlán porque tenía bodegas relativamente pequeñas fuera del puerto”. Esto permitirá que nuevas empresas puedan colocarse en las cercanías del puerto y tener bodegas disponibles en él.
El Parque Aeroespacial de Mazatlán, por su parte, instalará un recinto fiscalizado estratégico y algunas bodegas adicionales que permitirán absorber el crecimiento de TMAZ, no sólo en cuanto a la operación del puerto, sino también para la operación fuera de él. “Creemos que el crecimiento tanto de TMAZ como de los operadores logísticos fuera de la terminal va a permitir entregar servicios de calidad a todos los clientes y usuarios nuevos que quieran confiar en el Puerto Mazatlán y traernos su carga”, indica Ortiz Medina.
La Terminal Mazatlán se coloca hoy como una solución para la industria metalmecánica de Nuevo León ante la congestión del Puerto Manzanillo en el Pacífico mexicano. Además de las ventajas mencionadas, Ortiz Medina destaca un tiempo menor de traslado terrestre de TMAZ al estado de Nuevo León, ya que el tramo carretero entre Mazatlán y Nuevo León es más corto que el existente con Manzanillo. “Hay clientes que están viendo este tema y están tomando la decisión de cambiarse con nosotros”, concluye Ortiz Medina.
por SILVIA SÁNCHEZ DE LA BARQUERA