Gestión

26.abril.2023

SER UN LÍDER COMPASIVO TIENE BENEFICIOS COMPROBADOS

Al contrario de lo que muchos jefes creen hoy, la reciente ola de desgaste entre los empleados tiene menos que ver con lo económico y más con las relaciones (o la falta de ellas). La decisión de los empleados de quedarse en una organización viene de un sentimiento de pertenencia, de sentirse valorados por sus líderes y de tener confianza en sus colegas. En cambio, los empleados están más dispuestos a irse de un trabajo cuando las relaciones son una mera transacción. ¿Cómo pueden los líderes promover relaciones más significativas dentro de una empresa y así inspirar lealtad?

LA CIENCIA DE LA COMPASIÓN Y EL DEBER SOCIAL

Los investigadores definen la compasión como una respuesta emocional a los problemas de otra persona que conlleva un auténtico deseo de ayudar. Es muy diferente de una palabra estrechamente relacionada: empatía. Ésta es el componente perceptivo, sentimental, de reconocimiento y comprensión, pero la compasión va más allá de la empatía, ya que supone una acción de respuesta. Piénsalo así: empatía + acción = compasión. Cuando un colega pasa por un momento difícil, atenderlo con compasión en su momento de necesidad puede ser algo que nunca olvide y que profundice las relaciones.

Puede que estés pensando que, como la amabilidad es una forma estupenda de salir adelante, ¡traeré café, escribiré tarjetas de cumpleaños para todos en el trabajo y veré mi carrera en ascenso! No tan rápido. Las investigaciones demuestran que hay que ser auténticamente altruista –no ayudar a los demás estratégicamente ni verse obligado a ello– o no funcionará. En lugar de pensar en “dar para recibir”, los datos respaldan una mentalidad de “vivir para dar”.

DIRIGIR CON COMPASIÓN

La compasión es un factor esencial para un liderazgo eficaz. Las investigaciones sobre neuroimagen demuestran que las personas responden de forma más positiva a los líderes que muestran compasión. La creación de una cultura compasiva se ha relacionado con un menor agotamiento emocional de los empleados, así como con un menor absentismo laboral.

 

LA CREACIÓN DE UNA CULTURA COMPASIVA SE HA RELACIONADO CON UN MENOR AGOTAMIENTO EMOCIONAL DE LOS EMPLEADOS, ASÍ COMO CON UN MENOR ABSENTISMO LABORAL.

 

MÉTODOS PARA MEJORAR LA COMPASIÓN

A continuación presentamos una “receta” en siete partes sobre cómo los líderes y directivos pueden desarrollar eficazmente sus habilidades de compasión en el trabajo (y en cualquier otro lugar).

Empieza poco a poco. Las investigaciones demuestran que ser más compasivo no exige dedicar mucho tiempo, por lo que estar “demasiado ocupado” no debería ser una excusa. De hecho, un estudio de la Universidad Johns Hopkins descubrió que con sólo 40 segundos de compasión se puede reducir la ansiedad de otra persona de forma significativa.

Agradece las cosas. Es posible que hayas escuchado que una “actitud de gratitud” te sienta bien, pero, ¿por qué? Las investigaciones metaanalíticas demuestran que la gratitud nos hace centrarnos más en los demás y nos motiva a ayudarlos. Un estudio de la Universidad de Toronto descubrió que en la vida cotidiana tenemos alrededor de nueve oportunidades de manifestar compasión cada día. La gratitud nos mantiene atentos a esas oportunidades.

Sé propositivo. Hay que hacer las preguntas adecuadas y evitar las equivocadas. Cuando un compañero tenga problemas personales, pregúntale cómo puedes apoyarlo. En lugar de preguntas afirmativas o negativas, como “¿Necesitas ayuda?” o “¿Hay algo que pueda hacer?” (que a menudo suenan como una invitación a decir “no”), prueba preguntándole “¿Qué puedo hacer para ayudarte hoy?” o “¿Qué puedo quitarte de las manos hoy?”. Te sorprenderá saber que, a menudo, si haces las preguntas correctas de la forma adecuada, conseguirás una respuesta concreta.

Encuentra puntos en común. La “empatía parroquial” –ser más amable y compasivo con “los nuestros”– puede reducir nuestro comportamiento compasivo en general porque a veces acabamos tratando peor a los demás (lo que los investigadores llaman el “grupo externo”). Esto también le quita a la gente muchas oportunidades de ayudar (piensa en las nueve oportunidades de sentir empatía que tienes al día). Intenta mostrar compasión por los compañeros que no pertenecen a tu círculo social más cercano y amplía tu “grupo interno” todo lo que puedas. En el trabajo, todos estamos en el mismo equipo.

Reconócela. Reconoce la compasión dentro de la empresa. Cuando un empleado se esfuerza al máximo por ayudar a otra persona, comunícaselo a los demás. Los estudios demuestran que tener una línea de visión clara de la bondad de los demás nos ayuda a darnos cuenta de que la gente, en general, es mucho más compasiva de lo que a veces pensamos y nos inspira a seguir su ejemplo.

 

TODOS TENEMOS EL PODER DE MEJORAR NUESTRA COMPASIÓN POR LOS DEMÁS SI MANTENEMOS UNA MENTALIDAD DE CRECIMIENTO Y NOS LO PROPONEMOS.

 

Eleva. La elevación es el estado de euforia emocional que sentimos cuando somos testigos de la compasión, la excelencia moral o el heroísmo de otra persona. La elevación nos motiva a ser más compasivos y altruistas. Sin embargo, es un arma de doble filo: basta con que haya una persona tóxica en la sala que diga “Todo gira en torno a mí” para que los demás se hundan. Los estudios confirman que tanto la compasión como los malos modos son contagiosos. Por lo tanto, sé consciente de que tu comportamiento –y en concreto tu compasión (o la falta de ella)– tiene un efecto directo en los demás.

Conoce tu poder. A lo mejor alguna vez has preguntado (o te han preguntado) en una entrevista “¿Cuál es tu superpoder?”. Imagina que la compasión fuera tu superpoder. ¿Cómo sería tu carrera? ¿Cómo sería tu vida? Si piensas que eso no es posible para ti, no te desanimes ni descartes la idea. Recuerda esto: a diferencia de lo que se suele creer, hay estudios sólidos que demuestran que es posible cambiar. Todos tenemos el poder de mejorar nuestra compasión por los demás si mantenemos una mentalidad de crecimiento y nos lo proponemos. Todos somos obras en proceso, pero, si creemos que podemos mejorar en cuanto a empatía y compasión, lo haremos.

Para mejorar la retención del talento y el rendimiento de la organización, especialmente en tiempos difíciles, los directivos deben reconocer que la compasión es una habilidad basada en pruebas que forma parte integral del liderazgo eficaz y de la cohesión de los equipos. La compasión no sólo forma parte del arte del liderazgo, sino de la ciencia del liderazgo, tal como lo han demostrado numerosas investigaciones.

 

por STEPHEN TRZECIAK, ANTHONY MAZZARELLI Y EMMA SEPPÄLÄ*
Por © The New York Times Syndicate

* El médico Stephen Trzeciak es jefe de medicina en el Cooper University Health Care y profesor y director de medicina en la Cooper Medical School de la Universidad Rowan. El médico Anthony Mazzarelli es copresidente y ceo del Cooper University Health Care y director asociado de asuntos clínicos en la Cooper Medical School de la Universidad Rowan. La doctora Emma Seppälä es miembro del cuerpo de profesores en la Escuela de Negocios de Yale, directora del programa de liderazgo de mujeres en la Escuela de Negocios de Yale y autora de The Happiness Track.