20.diciembre.2022
Texto publicado originalmente en el libro CAINTRA Nuevo León: valores que nos fortalecen (2003)
Fungir como presidente de CAINTRA durante el periodo 85-86 fue un enorme privilegio y una gran responsabilidad, dada la trascendencia que una institución como la nuestra ha tenido y tiene en el desarrollo del estado, y aún más en el desarrollo del país.
CAINTRA nace de la importancia de aglutinar a los empresarios en organismos que permitan representarlos y que presenten las ideas básicas y fundamentales de la dirección por seguir en forma unificada, permitiendo tomar decisiones.
Es así como vemos que desde su inicio las cámaras en Nuevo León han promovido la unidad del empresariado, la solidaridad con las causas comunes, así como los valores de nuestra región y de nuestro país.
La evidencia muestra que en Monterrey y en Nuevo León sus empresas fueron pioneras en asegurarles a sus empleados una correcta y adecuada remuneración, compaginada con esquemas de prestaciones que aseguren el bienestar de la familia, yendo más allá de sólo asegurar la tranquilidad económica de las familias.
Podemos poner varios ejemplos, como fue el caso del personal secretarial, a quien se le concedió el uso de uniformes como una forma de darle presencia desde el punto de vista de percepciones, además de una mejor posición económica a las personas en la empresa.
También tuvimos la oportunidad de participar en la solución de problemas importantes de la región y de sus empresas, como, por ejemplo, las construcciones de plantas eléctricas y de agua industrial, además de ser testigos de los inicios de muchas otras empresas y proyectos que se han completado para beneficio de la comunidad y de la población.
Son estos hechos los que permiten que organismos como CAINTRA sean apreciados, conocidos y admirados por propios y extraños, tanto en la región como fuera de nuestro estado, en especial por instituciones que conforman el resto de las agrupaciones del país.
Desde su fundación, CAINTRA siempre se ha distinguido por asegurarles el servicio a su membresía y sus afiliados, garantizándoles la defensa de sus intereses y buscando el bienestar de las empresas de la región, sin olvidar que somos parte de un gran conglomerado en el cual vivimos y amamos, que es México.
Si nos preguntamos cuál será el papel de nuestras cámaras en el futuro próximo, primero debemos señalar su deber de apoyar a sus afiliados; segundo, apoyar a su comunidad, y tercero, apoyar las medidas que conduzcan a un mejor ambiente, tanto laboral como ecológico.
Bajo estos preceptos se podrá asegurar a las empresas y a los empresarios el mejor de los escenarios para que puedan desarrollar su función, que es la de crear riqueza para sus consumidores, para sus proveedores, para sus empleados, para su comunidad y para México. La necesidad imperiosa de las empresas de México y de nuestra región es tener las condiciones necesarias para poder competir.
Nuestro país ha ido cayendo en una espiral negativa, donde pierde o no está adquiriendo los elementos que le permitan competir, y el gran reto de los empresarios y de las instituciones es lograr el consenso de las distintas instituciones involucradas en el proceso de alcanzar la unidad de ideas y criterios, para asegurarles al empresariado y sus negocios la capacidad necesaria para competir en un mundo globalizado.
Creo que es difícil e injusto calificar como tal al pequeño empresario, porque todos los empresarios, sin importar nuestra escala, tenemos que empezar por la unidad básica que es nuestra empresa; tenemos que asegurarnos de orientar todos los recursos, y especialmente el capital humano, para ser capaces de competir, porque hemos aprovechado conocimientos, tecnologías, estrategias y acciones que nos aseguren llegar a esa meta.
ERNESTO MARTENS REBOLLEDO
Presidente de CAINTRA 1985-1986