Voz de la industria

07.julio.2023

MEMORIAS: ANTE LA CRISIS RESALTÓ EL ESPÍRITU DE LUCHA

ARMANDO GARZA SADA
Presidente de CAINTRA Nuevo León, 1995-1997

 

* Texto publicado originalmente en el libro CAINTRA Nuevo León. Valores que nos fortalecen (2004)

 

La primera oportunidad que tuve de participar en un organismo representativo de la sociedad de la industria, en este caso representando a los empresarios, fue a través de CAINTRA.

Fue una experiencia muy enriquecedora que me permitió conocer el ambiente de Nuevo León y de Monterrey, principalmente en el área de la pequeña y mediana industrias.

Pero, además de lo bueno, me tocó vivir una experiencia difícil: entré en marzo de 1995, recién devaluada la moneda y quizá en su momento más álgido. Entonces había un nivel de malestar muy grande y problemas financieros en las empresas.

Las tasas de interés subieron de forma muy dramática y muchas empresas se enfrentaban a problemas de viabilidad económica. Sobre todo aquellas que, como muchas otras en este estado, tomaron la decisión de modernizarse a raíz del Tratado de Libre Comercio (TLC) para competir. Esto implicó pasivos adicionales y esos pasivos tenían costos impagables en esa época. Fueron un par de años muy interesantes.

Ante estos hechos resaltó primero el gran espíritu de lucha del empresariado regiomontano. Me correspondió escuchar propuestas muy dramáticas de reclamo al gobierno por el mal manejo de la economía; encauzar esa energía de la empresa regiomontana a propuestas que concientizaran a los funcionarios públicos sobre la gravedad del problema fue un proceso muy complejo.

Francamente fue difícil porque, durante la crisis, el gobierno se concentró en arreglar su propio problema de la banca y no en el problema de la industria y las tasas altas, por lo que se llevó a cabo un esfuerzo para que los funcionarios entendieran la realidad industrial y tomaran medidas al respecto.

La devaluación en la paridad ayudó y, aunque no fue tan obvio para todos los agremiados inicialmente, ya para 1996-1997 algunos de los frutos se reflejaron en aquellos industriales que utilizaron el mercado de las exportaciones en forma agresiva y enfrentaron un mercado mundial ávido de productos. Fue entonces que se dio un buen ambiente para exportar.

Tras esta etapa difícil se dice que, de todos los industriales de México, los primeros que “sacaron la cabeza” y empezaron a recuperarse fuimos los regiomontanos, lo que habla de la perseverancia que nos ha caracterizado históricamente, que es un valor que quisiera resaltar.

 

 

“DE TODOS LOS INDUSTRIALES DE MÉXICO LOS PRIMEROS QUE ‘SACARON LA CABEZA’ FUIMOS LOS REGIOMONTANOS, LO QUE HABLA DE LA PERSEVERANCIA QUE NOS HA CARACTERIZADO HISTÓRICAMENTE.”

 

Alfonso Reyes comentó que la capacidad de pensar en grande es una de las virtudes del regiomontano, del nuevoleonés en general. Lo que nos diferencia del resto de México es que las empresas en Monterrey pretenden mucho, no se autolimitan, no hay un complejo de inferioridad.

Nuevo León tiene una vocación por la educación muy clara. Lo vemos en las instituciones que tenemos, en las empresas, en el perfil de la gente, en el gasto, el compromiso, las aportaciones, los donativos que se les dan a estas instituciones. Todo eso genera en Monterrey una ciudad con talento educado que nos permite ver las cosas con más claridad y aprovechar las oportunidades en todo momento, incluso en las crisis económicas.

Otra de nuestras virtudes es nuestra visión a largo plazo; en Nuevo León lo podemos constatar en el tipo de industrias y en las inversiones que se hacen en general. Son inversiones a largo plazo que implican un gran compromiso de capital.

Lo vemos también en la gente: en todos los niveles, las empresas regiomontanas invierten en entrenamiento y capacitación del personal. Ser empresario en Monterrey es un estilo de vida; no es una oportunidad para hacer un capital súbito, es una vocación y esto también te da fortaleza en los momentos difíciles.

Monterrey nació como un centro industrial y, aunque hoy es una comunidad más diversa, su estilo está marcado por ese perfil. La gente aquí es metódica, analítica, razonablemente educada; son personas marcadas por el estilo que exige la sociedad regiomontana.

Como parte de este engranaje, CAINTRA siempre ha sido un mecanismo para expresar una voz, a veces de un grupo pequeño y a veces de uno más amplio, pero siempre resaltando las conveniencias históricas de expresar, desde un punto de vista gremial, las opiniones y las posturas comunes.

Lo que diferenció a CAINTRA del resto del país desde sus orígenes fue tener una voz exigente y clara. Una voz transparente cuando eso no se acostumbraba en nuestro país, donde se hacían las cosas a puerta cerrada. Las negociaciones se hacen del mismo lado, no desde una legítima confrontación. Creo que eso es parte del orgullo y de la tradición de la sociedad regiomontana, y de CAINTRA como mecanismo en el que se expresaron muchas de estas posiciones. Enhorabuena por 60 años de tan destacada labor.