Lo creas o no, la llamada Gran Dimisión (Great Resignation, como la denominan los estadounidenses) nos ha alcanzado. Debemos asumir que la manera en que las empresas atraen, retienen y nutren a sus empleados debe cambiar como resultado del trastorno causado por la pandemia. Muchos de estos cambios deben empezar con la cultura de tu empresa, término que ha adquirido un nuevo significado en el último año.
La cultura es un aspecto del trabajo de particular importancia para los miembros de la generación Z, muchos de los cuales están apenas entrando en la fuerza laboral después de haber pasado dos años lidiando con los efectos del Covid-19, así como injusticias sociales y políticas a escala mundial.
Por fortuna, la generación Z tiene aliados importantes en la cima que sienten lo mismo: los millennials, otra generación conocida por buscar propósito en su trabajo, han pasado a ocupar puestos directivos. Más de 60% de los millennials tienen ahora subordinados directos, lo que les da la oportunidad de impulsar un cambio real en sus organizaciones y en los equipos que dirigen.
Si te encuentras entre las personas que encabezan estos cambios, puede que te preguntes por dónde empezar, especialmente si es la primera vez que ocupas un puesto de dirección. A medida que consideres maneras de fomentar un entorno de trabajo más significativo, recuerda que los cambios graduales suelen tener un alcance efectivo y duradero.
Hay cinco medidas clave que puedes tomar en cuenta y que podrían marcar la diferencia en la cultura de tu empresa.
Para las generaciones que han crecido con todo el conocimiento del mundo a un clic de distancia, el acceso a la información es importante. Es probable que los miembros de tu equipo valoren mucho a las organizaciones que son del todo transparentes en cuanto a sus éxitos, así como a sus retos empresariales. Como líder de tu equipo, hay algunas formas con las que puedes lograr esta transparencia.
Primero, tendrás que ser lo más abierto posible y detallar para todos el funcionamiento interno de tu empresa. Por ejemplo, una vez que establezca sus objetivos trimestrales, programa reuniones individuales con cada uno de los miembros del equipo y expliquen cómo encajan sus responsabilidades individuales en el panorama general. Tras cada una de estas reuniones, recuerda dejar un espacio para preguntas y comentarios.
No le ocultes los retos empresariales a tu equipo, pero ten en cuenta que este tipo de transparencia requiere equilibrio. Evita hablar de problemas sin antes tener una propuesta de solución o un plan de acción.
Por último, al compartir información valiosa, hazle saber a tu equipo que este tipo de conocimiento conlleva responsabilidad. La confianza que surge de la transparencia es una calle de doble sentido.
El año pasado, empresas de todo el mundo pudieron comprobar lo eficientes que pueden ser sus empleados sin la estructura de una oficina. Trabajar desde cualquier lugar no sólo otorga a los empleados mayor libertad, sino que también cultiva una cultura de confianza. Es una forma de hacerles saber a tus empleados que realmente confías en sus capacidades para dar rendimiento.
La clave está en concentrarse en los resultados y no en las horas trabajadas. Intenta darles a tus empleados la libertad de gestionar sus propios proyectos y horarios, siempre y cuando alcancen sus objetivos, cumplan las expectativas y entreguen los resultados a tiempo.
Puedes dar el ejemplo si haces que tu propio calendario de trabajo pueda ser consultado por tus empleados. Así podrías programar tu tiempo de gimnasio o breves descansos durante tus horas menos productivas, incluso si esas horas son a mitad del día. Este truco les dejará saber que los resultados son más importantes que el tiempo que pasan tras un escritorio.
Los empleados hoy tienen grandes aspiraciones y no les falta ambición. Si se les da independencia y autonomía en el trabajo, se alimentará ese impulso en lugar de sofocarlo. Una vez que hayas creado un entorno en el que la gente pueda prosperar, no te metas en su camino.
El papel de un directivo debe ser el de eliminar los obstáculos y proporcionar una retroalimentación o un entrenamiento útil. Cuanto más puedas capacitar a tu equipo para que resuelva las cosas por sí mismo, más se enorgullecerá y encontrará valor en el trabajo que realiza.
En una investigación de Monster, 74% de la generación Z consideró que, en cuanto al trabajo, el “propósito” era más importante que el sueldo, así que es importante demostrarles a las personas la diferencia que su empresa pretende marcar en el mundo. ¿Qué da sentido a tu trabajo?
La respuesta puede venir de la influencia que su empresa tiene en la sociedad o de la forma en que su producto revoluciona el espacio donde se encuentra. También puede provenir de la importancia que una empresa tiene en la vida de sus empleados: al crear puestos de trabajo significativos dentro de una comunidad, centrándose en ser una plataforma de 3. 4. Los gerentes millennials podrían mejorar la cultura de tu empresa arranque para la carrera de los recién graduados o estableciendo un entorno de trabajo inclusivo que anime a todos a crecer y aprender.
Piensa en lo que puedes hacer como líder para que tu trabajo y, por lo tanto, el de tus empleados tengan más sentido.
Nuestros trabajos ya no se limitan a un horario ni a las cuatro paredes de una oficina. Los empleados requieren saber que reconoces la tensión que esto puede causar y que intentas ayudarlos activamente. Hay muchas formas de ayudar a un empleado, no sólo en su vida profesional, sino también en su vida personal: desde la terapia y el asesoramiento gratuito hasta el tiempo libre adicional o los programas de acondicionamiento físico para empleados.
Como líder, puedes tomar medidas pequeñas e inmediatas para hacerle saber a tu equipo que se está priorizando su bienestar. Por ejemplo, puedes dejar en claro que te desconectas del trabajo a una hora decente y que esperas lo mismo de ellos. O puedes promover los “lunes sin reuniones” o animar a los miembros del equipo a tomarse días de salud mental cuando les resulte necesario (sin hacer preguntas que invadan su vida personal, claro está).
Tras décadas de soportar culturas empresariales que a menudo parecen anticuadas o desconectadas de la realidad, ha llegado el momento de un cambio real: una nueva evolución de la cultura de trabajo que haga hincapié en la confianza, el propósito, el valor y el bienestar de los empleados. Si por fin estás en una posición que te permita lograr un cambio real, no dejes pasar la oportunidad.
por URSULA KRALOVA*
© The New York Times Syndicate