Para nuestra sección Casos de Éxito de este mes entrevistamos a Jessica Sánchez Aldave, quien se desempeña como talent development manager en Sigma Alimentos. En esta conversación nos habla sobre su trayectoria en la firma, sobre su papel actual como líder de desarrollo de talento ejecutivo a escala global y sobre la estrategia de desarrollo de talento en la empresa.
Jessica Sánchez Aldave ha formado parte del equipo de Sigma Alimentos en tres etapas distintas de su vida. Hoy se considera una mujer agradecida con la vida, con sus dos hijas como su motor principal. Para ella, el rol de madre ha sido un motor para su desarrollo profesional, no un obstáculo. Jessica nació con un espíritu para enseñar, para transmitir sus aprendizajes. Desde pequeña tuvo interés por interactuar con la gente y coordinar equipos de trabajo. Esto la llevó a formar parte del consejo estudiantil y fungir como presidenta de carrera en la universidad.
Es licenciada en Administración de Empresas, pero se considera una apasionada del ser humano. Al día de hoy cuenta con una maestría en Desarrollo Humano y se encuentra cursando un diplomado en logoterapia. “Mi hobby es conocer cómo funcionan la empatía, la personalidad y la congruencia. Conocer las formas de conectar con las personas y aceptarnos por el simple hecho de ser seres humanos”, comparte.
Sánchez Aldave recuerda un discurso de Francisco Garza Egloff como padrino de un simposio, cuando fungía como director general de Sigma Alimentos. “Su testimonio me inspiró toda la vida. De ahí nació en mí un cariño hacia la empresa y entendí su espíritu. Cuando me gradué, llegué a Sigma a pedir trabajo. Y bueno, aquí estoy”, cuenta.
Ella describe su paso por Sigma Alimentos como “una serie de televisión” que va por temporadas. Cuando entró a la empresa por primera vez, recién graduada, estuvo a cargo de un proyecto piloto para desarrollar las habilidades y el crecimiento humano de un grupo de 40 vendedoras de autoservicio en Monterrey. Este programa brindó a las mujeres herramientas para desarrollarse dentro de la empresa, empoderarse económicamente y lograr un cambio positivo en sus familias. Gracias al efecto positivo que tuvo este programa piloto, la empresa decidió expandir el proyecto y llevarlo a otras ciudades, como Guadalajara y Ciudad de México.
En su búsqueda por desarrollarse en lo profesional y escalar, Sánchez Aldave salió de Sigma para formar parte del equipo de Customer Service de LG, en donde fungió como el contacto de comunicación entre la planta de producción y el área de ventas y operaciones. El paso del día a día en un mundo corporativo hacia el de una planta de producción provocó en ella un gran aprendizaje: “Me di cuenta del impacto que tiene toda la cadena de valor de una empresa y del trabajo y compromiso de toda la gente”.
En esa misma búsqueda de desarrollo, Sánchez Aldave llegó al equipo de Break Through Innovation de Gamesa, en donde ejerció el puesto de project manager de los productos de innovación, un puesto que demandaba estar en contacto con las áreas de producción, comercial, investigación de mercados, desarrollo de nuevos productos e investigación y desarrollo, entre otras. Fue ahí donde se decantó por el área de investigación de mercados. “Ir con el consumidor final, preguntarle, entender cuáles eran sus necesidades, por qué sí le gustaba, por qué no le gustaba”, la hizo percatarse de la sensibilidad con la que cuenta para tratar y entender a las personas. “Ahí dije: lo mío es la gente”, afirma.
SU SEGUNDO Y TERCER REGRESO A SIGMA ALIMENTOS
Fue entonces que buscó nuevas oportunidades para retornar al área de recursos humanos. En esa búsqueda, Sigma Alimentos le abrió las puertas de nueva cuenta para arrancar el área de responsabilidad social. “Para mí fue toda una experiencia, porque tenía que entender qué es la responsabilidad social, qué es el certificado lsr y todo el tema de discapacidad”. El primer proyecto a su cargo en ese puesto fue el de conseguir el certificado de Empresa Familiarmente Responsable.
Fue en ese momento que Sánchez Aldave decidió hacer una pausa en su carrera profesional para dedicarse por completo a su familia. No obstante, tras el nacimiento de su segunda hija y su separación matrimonial, decidió regresar al mundo corporativo.
Sigma Alimentos siempre mantuvo el contacto y las puertas abiertas para ella, y en esta tercera etapa dentro de la empresa le brindó la oportunidad de liderar un proyecto de desarrollo de talento ejecutivo femenino en Grupo Alfa. “Ahí empezó la aventura más padre de mi vida, en la que me he sentido más realizada, más retada, en la que he descubierto y valorado el ser mamá y cómo mis habilidades de madre me han ayudado para desarrollar equipos de trabajo”, comparte entusiasta.
Y es que, para Sánchez Aldave, hay muchas similitudes entre el rol de madre y el rol de liderar equipos dentro de las organizaciones. “Ser madre me ha abierto puertas, me ha permitido aprender. Hay gente en mi camino que me ha ayudado a crecer, a desarrollarme, a desafiarme, a creer en mí”, dice Sánchez Aldave.
EL ENFOQUE HUMANO DE SIGMA ALIMENTOS
Sobre la estrategia de desarrollo de talento dentro de Sigma Alimentos, ella señala un aspecto que distingue a la empresa: el enfoque humano. Cuenta que desde el primer proyecto que tuvo a su cargo, recién egresada de la universidad, buscaron ofrecer herramientas a las vendedoras para desarrollarse dentro de la organización y en sus vidas personales. De la misma manera, cuando estuvo en el área de responsabilidad social, se percató de que, a partir de acercarse a las personas para conocer sus inquietudes y necesidades, se generó conocimiento valioso y así se creó un proyecto enfocado en la administración y la transmisión de ese conocimiento dentro de la organización.
Y si bien este tipo de estrategias son indispensables para las empresas, considera que el desarrollo del talento es una responsabilidad compartida entre el individuo (“como principal promotor de su propio desarrollo”), el área de recursos humanos (“que ofrezca las herramientas, que habilite el contexto o el sistema para que pueda fluir ese desarrollo”) y, finalmente, el jefe, quien “se vuelve como un asesor o una guía que te desarrolla”.
En su opinión, es necesario que todos los empleados, no importa la empresa donde laboren, sean responsables de buscar oportunidades para su desarrollo. “En la medida en que nosotros, como área de recursos humanos, nos acerquemos a las personas y les preguntemos qué buscan, tendremos más sensibilidad para ponerlas en los lugares en los que puedan brillar. Pero si la persona no se acerca y comparte sus necesidades, es difícil lograrlo en empresas con tanta gente”, comenta.
Para Sánchez Aldave, evaluar el desarrollo de los empleados es una tarea compleja, “porque lo mide un jefe, con su percepción, sus creencias, su historia de vida, con lo que para él significa liderazgo, comunicación y negociación”. En su opinión, a pesar de que la evaluación de un jefe o la autoevaluación del mismo empleado sea la más honesta y sincera, no deja de ser limitada. Es entonces que el área de recursos humanos debe intervenir para “intentar hacer lo más objetivo posible algo tan subjetivo”, comenta. “Somos personas evaluando personas. Siempre la subjetividad va a estar presente y hay que aprender a vivir con ella y con los sesgos que haya detrás”.
Sánchez Aldave observa dos modelos de desarrollo de talento cruciales para las empresas: el ascendente, en el que las personas entran a un área y continúan creciendo y especializándose dentro de ella, y el espiral ascendente, en el que las personas van cambiando de posición y adquiriendo nuevos conocimientos, habilidades y herramientas para hacer frente a los desafíos. Para ella, ambos modelos generan valor, son complementarios y necesarios dentro de una organización.
Y nos comparte dos ejemplos dentro de su organización. El primero es el área de recursos humanos, en donde es indispensable contar con generalistas de capital humano, pero en la que también son necesarios los especialistas del área laboral, en compensaciones o en reclutamiento, sobre todo hoy día, tras la pandemia por Covid-19, porque el reclutamiento de personal se ha vuelto clave en cualquier empresa a escala global y demanda cada vez más especialistas. “Cada vez se necesitan más expertos en reclutamiento, para entender en realidad cuál es la necesidad de la organización”, anota Sánchez Aldave.
El segundo ejemplo es uno de los modelos de negocio más recientes de Sigma Alimentos: los productos basados en plantas. Sánchez Aldave cuenta que en la empresa nació la idea de producir una hamburguesa con sabor a res basada en plantas. Con todo el conocimiento y desarrollo adquiridos por medio de constantes pruebas, Sigma cuenta hoy con toda un área de productos basados en plantas. Para ella, “a través de ideas y de la combinación de perfiles especialistas, con perfiles más transversales, se logran grandes proyectos dentro de las empresas”.
Hoy, Jessica Sánchez Aldave se considera una multiplicadora de semillas que trasciende en la organización y en las vidas de los demás. Nos asegura haber encontrado en su trabajo un propósito de vida: “Ver los resultados y el impacto que puede tener esta persona no sólo dentro de la organización, sino en su familia, me inspira todos los días”.
UN ENCUENTRO CON LA COMISIÓN DE MUJERES CAINTRA
Hoy día, Sánchez Aldave forma parte de la Comisión de Mujeres CAINTRA como representante de Sigma Alimentos. Para ella, participar en este grupo de trabajo que reúne las voces de mujeres industriales de Nuevo León, ya sea ejecutivas o empresarias, ha sido una gran experiencia. Escuchar los testimonios de las empresarias que forman parte de este foro la inspira día con día. “CAINTRA llegó a mi vida cuando no lo esperaba. Me ha empoderado, me ha inspirado, me ha abierto el campo para poder decir que las mujeres somos capaces de influir en una sociedad”.
Para Sánchez Aldave, la sororidad en este tipo de foros es real y nutre el desarrollo personal y profesional de las mujeres. “Se crean lazos fuertes. Cuando las mujeres logramos hacer esas alianzas, decimos que no hay nada que yo no hiciera por ti y que tú no hicieras por mí, porque estamos en las mismas”, concluye.
por SILVIA SÁNCHEZ DE LA BARQUERA