En marzo de 2020, millones de colaboradores de diversas organizaciones en México y el mundo recibimos la orden de ir a trabajar a nuestras casas “hasta nuevo aviso”. Este cambio repentino nos forzó a lanzarnos a una nueva realidad sin la oportunidad de planear. Improvisamos un espacio de trabajo, algunos sin pies ni cabeza, y comenzamos a sobrevivir un día a la vez.
Para muchos, más de 18 meses después ese “nuevo aviso” no ha llegado y en algunos casos nunca llegará, ya que hay organizaciones que decidieron cerrar sus oficinas y continuar con el teletrabajo o home office de forma definitiva.
Este cambio ha tenido ventajas y desventajas, pero lo que sí se ha incrementado es el burnout o agotamiento. Según una encuesta elaborada por Regus Group y aplicada a 22 000 empleados en 100 países, 53 % de la fuerza laboral global reporta estar más cerca del agotamiento que hace cinco años. Esto puede deberse a muchos factores, pero la vorágine que representaría el teletrabajo para algunos contribuye en gran medida a este fenómeno.
¿Cómo poner límites cuando estás trabajando desde casa? ¿Cómo ser eficaz tanto en la vida laboral como en la personal, cuidando de nuestro bienestar? Tras dialogar con cientos de clientes, he compilado las siguientes recomendaciones:
• Establece un horario y una rutina de trabajo, y cúmplelos. Respeta tanto tu tiempo laboral como tu tiempo personal. Sigue la misma rutina, duerme y levántate a la misma hora, como si tuvieras que ir físicamente a la oficina. Incluye en tu horario periodos de descanso: trata de descansar al menos 10 minutos cada tres horas.
• Dialoga con tu familia, en especial cuando hay hijos en casa, acerca de las reglas por seguir (horarios, niveles de ruido, interrupciones, responsabilidades y uso del espacio). Pueden volverse creativos y desarrollar un sistema de señales para manejar las interrupciones, en especial cuando se tienen niños pequeños. Por ejemplo, un letrero verde significa que pueden interrumpir; uno amarillo, sólo si es algo importante, y uno rojo, prohibido hacerlo.
• La distancia hace que tengamos menos supervisión y dirección de forma natural, por lo que es necesaria una proactividad adicional de nuestra parte. Asegúrate de tener, al menos una vez por semana, conversaciones acerca de tus metas, tareas, retos y logros.
• La ropa que portamos no sólo influye en cómo otros nos perciben, también en cómo nos vemos a nosotros mismos, cómo pensamos y nos comportamos. La pijama y el sueño están fuertemente conectados en nuestras mentes; según un estudio publicado en 2012 en el Journal of Experimental Social Psychology, las personas tienen mejor desempeño cuando utilizan vestimentas con algún simbolismo. Por ejemplo, el uso de la bata entre los laboratoristas incrementa sus niveles de concentración. Por ello es importante buscar una vestimenta que nos permita estar cómodos y al mismo tiempo sentir que estamos listos para trabajar.
• En un estudio publicado por la empresa Eyesafe en Estados Unidos, el tiempo de pantalla en tiempos de Covid se ha incrementado a 13.5 horas diarias promedio por adulto. Este factor sin duda contribuye a nuestros niveles de agotamiento. Es indispensable buscar estrategias para reducir nuestro tiempo frente a una pantalla.
• Diseña y sigue rituales de cierre del día laboral y para el fin de semana. El ritual de cierre diario sirve para delimitar los espacios laboral y personal. Así como cuando salíamos de la oficina, se aconseja realizar alguna actividad que nos haga saber que nuestro día laboral ha terminado.
Como podemos ver, hay dos habilidades clave para ser exitosos en este tipo de esquemas de trabajo: autodisciplina y autocontrol. Si logramos fortalecerlas, les garantizo que tendrán días mucho más eficaces y felices mientras esperamos “el nuevo aviso”.
por DANIELA FEBRE DOMENE
Socia fundadora de Umana Consulting