Los cambios sufridos por nuestro planeta en los últimos años han acelerado la evolución de lo que el trabajo significa para el ser humano, cómo queremos vivirlo y qué estamos dispuestos a sacrificar. Hace apenas tres años, para muchas organizaciones resultaba impensable adoptar esquemas de trabajo que difirieran de lo tradicional. Sin embargo, no sólo la pandemia, sino el cambio en los mercados y las prioridades de aquéllos incorporados al mundo laboral han puesto una presión adicional en quienes no están dispuestos a incorporarse a esta nueva ola.
De acuerdo con el estudio de tendencias globales de talento de Mercer 2020, más de 55 % de los ejecutivos se preocupa por temas relacionados con el talento. Entre sus principales preocupaciones está la dificultad para contratar el talento adecuado, al costo adecuado y a la velocidad adecuada. Los esquemas flexibles son cada vez más un factor decisivo para los colaboradores. Según un estudio realizado por LiveCareer, en todas las generaciones se observa este deseo: 76 % de los millennials, 69 % de la generación Z y 64 % de la generación X expresaron el peso que tienen estos esquemas sobre sus decisiones.
Adicionalmente, el estudio de tendencias de talento globales de LinkedIn nos muestra que las prioridades de los candidatos al evaluar una oferta de tra- bajo son las siguientes:
1. Compensación y beneficios
2. Balance (apoyo de la organización para mantener un balance entre vida y trabajo)
3. Flexibilidad (dónde y cuándo trabajo)
4. Desarrollo (oportunidad de aprender habilidades nuevas y muy deseadas por el mercado).
Esto enfatiza la importancia no sólo de implementar o continuar con los esquemas flexibles que muchos tomamos como única opción derivada de la pandemia, sino de entender, por ambos lados, las posibilidades, los retos y los beneficios de la flexibilidad desde un espectro más amplio.
TRABAJO REMOTO TOTAL O PARCIAL
Durante la última década, el trabajo remoto se ha incrementado significativamente. Este esquema implicaría trabajar de manera por completo remota o de forma parcial, también conocida como esquema híbrido. La ventaja del esquema híbrido es que los colaboradores se benefician de las interacciones sociales con sus colegas, lo que tiene un efecto positivo en sus niveles de pertenencia y motivación. Por fortuna, la ubicación física en gran parte de los trabajos ya no tiene por qué ser una barrera gracias a los avances en la tecnología.
En general, para que los esquemas flexibles fun- cionen es importante que los colaboradores tengan:
• Una guía clara de lo que se espera de ellos
• Líderes entrenados en cómo gestionar a los empleados según estos esquemas
• Límites y alcances claros
• Estrategias efectivas de comunicación
• Medición del desempeño claramente definida por entregables, objetivos, indicadores, etcétera
¿Qué beneficios trae esta flexibilidad? Según un estudio realizado por Atlassian, en seis países distintos y con más de 6 000 trabajadores, se encontró lo siguiente:
• Innovación: en esquemas flexibles, la percepción de trabajar en un equipo innovador sube de 57 a 71 por ciento.
• Cultura organizacional: 83 % tiene una percepción positiva de la cultura organizacional frente a 47 % de aquellos que trabajan en esquemas tradicionales.
• Agotamiento: de aquéllos con esquemas flexibles, únicamente 14 % reporta síntomas de agotamiento o burnout frente a 36 % de los que trabajan en esquemas tradicionales.
• Salud psicológica del equipo: 29 % de los que siguen esquemas tradicionales expresa que sus equipos tienen prácticas no saludables frente a 5 % de los que están en esquemas flexibles.
Uno de los valores fundamentales de los esquemas flexibles es ver a los colaboradores como adultos funcionales, dignos de confianza y que pueden tomar sus propias decisiones. Más allá de la flexibilidad, se les brinda algo muy preciado para el ser humano: libertad.
Por DANIELA FEBRE DOMENE
Socia fundadora de Umana Creative