El conflicto en el lugar de trabajo es inevitable y a veces olvidamos nuestra propia habilidad para arrancar los problemas de raíz y evitar que escalen, gracias a nuestra empatía, conciencia y valor. Aquí te compartimos cinco acciones que puedes tomar para reducir o detener las tensiones interpersonales y el comportamiento tóxico si eres testigo o experimentas un daño en el lugar de trabajo.
1. IDENTIFICA LA CAUSA DE LA TENSIÓN
Eliminar comportamientos poco saludables que reducen la seguridad, la comodidad y el rendimiento de individuos y equipos requiere enfrentar lo que debe cambiarse. Los desequilibrios de poder, las diferencias de opinión y las medidas de desempeño suelen ser la causa principal de malentendidos, desacuerdos y colapsos en la colaboración. En esas situaciones, muchos empleados suelen tener miedo de hablar sobre el conflicto por temor a represalias o a ser juzgados de forma negativa.
Al abordar estas situaciones con apoyo, empatía y valentía, podemos descubrir y atender las causas subyacentes de las tensiones y evitar que afecten el bienestar y desarrollo profesional de las personas.
2. BUSCA COMPRENDER, NO SÓLO SER COMPRENDIDO
Las relaciones profesionales son relaciones humanas llenas de malentendidos compartidos. Una palabra mal colocada e involuntaria en un momento de estrés puede causar una profunda división entre compañeros de trabajo. Para construir una comprensión compartida es importante abrir un espacio para las opiniones de los demás, empatizar con situaciones complejas y asumir la responsabilidad de fomentar un sentido de seguridad y confianza entre colegas.
3.EVALUA EL MOMENTO ADECUADO PARA INTERVENIR
Tanto decir algo como no decir nada son decisiones que acarrean profundas consecuencias.
Si estás a solas con alguien que acaba de hacer un comentario ofensivo y sientes que correrías el riesgo de decir algo que podría ser malinterpretado o utilizado en tu contra, espera hasta que haya otras personas presentes que puedan brindar apoyo o reporta el comentario al departamento de recursos humanos o a una línea de denuncia anónima. A su vez, si te sientes cómodo, puedes intentar decir algo como “Estoy seguro de que no lo dijiste con mala intención, pero lo que dijiste no me pareció adecuado”. Es posible que la persona que recibe la retroalimentación necesite ser consciente del efecto que tienen sus palabras y acciones.
4. PIDE AYUDA
Si no cuentas con la orientación de un gerente o líder para sortear situaciones difíciles, recurre a tu equipo de recursos humanos. Entiendo la vacilación al acudir con ellos, especialmente si tu relación no es sólida, sin embargo, recursos humanos debe abogar por los empleados. El equipo puede ayudarte a recopilar información, comprender las causas subyacentes y determinar acciones apropiadas. Un socio de recursos humanos puede facilitar un diálogo constructivo, instruirte a ti y a otros involucrados, y encontrar soluciones proactivas para abordar problemas de comportamiento. Es importante abordar esta opción con cuidado ya que podría intensificar las tensiones o la incomodidad entre los miembros del equipo.
5. REPARA EL DAÑO AL REPARAR LA CONFIANZA
Actos repetidos que causen daño, como las microagresiones, pueden pesar mucho en el bienestar de los empleados, la satisfacción en el lugar de trabajo y la productividad. Para sanar las tensiones interpersonales que surgen de malentendidos, perspectivas o expectativas desalineadas, lenguaje hiriente, abuso de poder o violaciones de confianza, la persona perjudicada debe sentirse escuchada, respetada y valorada.
Según Kay Pranis, líder nacional en justicia restaurativa, para rectificar el daño causado y prevenir su recurrencia se requieren cinco elementos:
• Reconocer que tus acciones causaron daño.
• Reconocer que tenías responsabilidad en esas acciones.
• Comprender el efecto total de tus acciones en cualquier persona que se haya visto afectada.
• Tomar medidas para reparar el daño y hacer enmiendas.
• Identificar patrones o hábitos que llevaron a causar un daño y tomar medidas para cambiar esos hábitos.
Reparar el daño puede manifestarse de diversas formas: reconocer el daño, expresar arrepentimiento, admitir la culpa y comprometerse a cambiar de comportamiento por medio de nuevas políticas, compromisos o acuerdos.
Si haces un comentario insensible de forma no intencionada, como referirte al género de alguien, acércate de inmediato a la persona afectada con humildad. Escucha sinceramente para comprender el alcance de tus palabras y ofrece una disculpa honesta, asumiendo la responsabilidad de tus palabras y acciones. Anima a la persona a la que perjudicaste para que señale cualquier repetición de dicho comportamiento. Esto demostrará que estás comprometido a aprender de tus errores.
Para ser claro, no es responsabilidad de las mujeres, las personas de color u otros miembros de comunidades marginadas educar a sus colegas sobre cómo fomentar interacciones saludables. Para crear relaciones más significativas de manera proactiva, pregúntate: ¿cómo puedo centrarme en lo que la persona está diciendo, no sólo en cómo lo dice o cómo se ve? y ¿qué más necesito saber para entender lo que mi colega intenta comunicar, en lugar de descartar o evitar lo que dice? Y, antes de abordar un comentario incómodo de alguien, pregúntate: ¿estoy respondiendo por haber sido ignorado, excluido u ofendido, o estoy tratando de tener la razón?
El MIT Sloan School of Management realizó un estudio en 2022, el cual encontró que la rotación de empleados está influenciada 10 veces más por una cultura corporativa tóxica que por la compensación. Asumir la responsabilidad significa comprender la amplia gama de perspectivas y experiencias en los equipos, e identificar de manera proactiva las fuentes de tensión. Un buen punto de partida es cuando te preguntas: ¿qué necesito escuchar?, ¿qué necesito decir? y ¿qué me gustaría ver como resultado de ello?
Muchos de nosotros queremos cambiar las condiciones laborales para que todos puedan prosperar, pero a veces tenemos miedo de equivocarnos, de decir algo incorrecto o no poder hacer lo suficiente. Abordar las tensiones interpersonales y la toxicidad requiere un esfuerzo continuo y proactivo que fomente la empatía, la intencionalidad y la valentía.
Al identificar la verdadera fuente de la tensión, buscar comprensión, evaluar cuándo intervenir, involucrar a terceros neutrales si es necesario y reparar el daño y la confianza de manera rápida y frecuente, puedes prevenir que los conflictos se intensifiquen y construir un equipo más sólido, conectado y efectivo.
Por DAISY AUGER-DOMINGUEZ*
* Daisy Auger-Dominguez es jefa de personal de VICE Media y autora del libro Inclusion Revolution: The Essential Guide to Dismantling Racial Inequity in the Workplace.