Texto publicado originalmente en el libro CAINTRA Nuevo León: valores que nos fortalecen (2003).
Creo que la responsabilidad social del empresario se ha ido perdiendo y limitando al ámbito de la empresa y competitividad dentro de la industria en que se encuentra inmersa.
Anteriormente, la industria asumía una parte de la responsabilidad de la ciudad, las grandes empresas colaboraban un poco o mucho con los asuntos de la comunidad y el desarrollo de actividades sociales y de representación misma. La responsabilidad de la industria regiomontana era más audaz que los cargos de la ciudad.
La situación era especial también porque en ese tiempo no existía la globalización y la competencia internacional. México era un país cerrado y el que producía algo y lograba venderlo o planearlo él mismo lo hacía mucho mejor en cuanto a competitividad, producto, diseño e innovación.
En esos tiempos, la cámara era muy fuerte a nivel nacional. Los valores eran muchos y la industria regiomontana se caracterizaba por buscar esa responsabilidad en un espíritu quizá más egoísta hacia su empresa y menos hacia la sociedad.
Creo que CAINTRA ahora está retomando su participación en los asuntos públicos, de la comunidad y responsabilidad social; está recobrando su fuerza y tiene también carácter de opinión, lo cual es de gran importancia para todos los sectores que integran nuestro estado.
Esto difiere mucho del periodo de 1983 a 1987, en el que estuve al frente de CAINTRA y la Concamin. Era una época muy diferente, con muchos problemas para las empresas; era una industria totalmente paralizada.
Una de las buenas experiencias al frente de la cámara fue la continuidad de las zonas especializadas y las zonas geográficas. Antes sólo existían las oficinas generales de CAINTRA, pero gracias a Alberto Santos se agruparon en diversas zonas geográficas que hasta hoy siguen funcionando, realmente fue un gran acierto. Las secciones especializadas siempre han funcionado bien, defendiendo y representando perfectamente los intereses de los grupos especializados.
Un tema igual de importante fue el apoyo a la pequeña y mediana industria; empezó a funcionar en ese entonces, aunque creo que no ha despegado como debiera.
De eso hemos hablado mucho en referencia a fortalecer la cadena productiva y dar mayor apoyo a la pequeña y mediana empresa, pero en mi opinión no se ha logrado del todo, pues la empresa grande sigue pensando en sus problemas en lugar de desarrollar esas cadenas productivas, promover apoyos de otras índoles, cabildear con las instituciones financieras para que este sector tenga financiamiento accesible, en fin, retomar el paso para el desarrollo de las pymes, factor primordial para el desarrollo de todos.
Finalmente, considero que, como experiencia personal, aquel que quiera participar en el consejo de la cámara o en la presidencia recibe mucho más de lo que da y tiene la oportunidad de compartir con los compañeros industriales la labor de representar los intereses de la industria.
Es una labor muy satisfactoria que ocupa muchísimo esfuerzo y entrega de tiempo personal; hay que dedicarse completamente a la cámara, a la industria, y contar con un excelente equipo de trabajo y un excelente consejo.
por HUMBERTO LOBO MORALES
Presidente de CAINTRA, 1983-1985