¿Cómo gestionar a nuestro equipo cuando pesa sobre nosotros una crisis global y geopolítica? Todos los días se cometen atrocidades en el mundo. A menos que haya ocurrido algo que nos afecte o a alguien de nuestro equipo, normalmente no solemos comenzar nuestras juntas de la mañana con un minuto de silencio. Sin embargo, cuando un evento singular captura la atención global, como líderes, ¿cómo podemos abordarlo?
Mi colega Jon Haber, un maestro de la Harvard Kennedy School que es también presidente de Cascade Strategy, compartió de manera reciente un pensamiento que tuvo mucho eco en mí: “Como líder, siempre que comunicas algo estás hablando con un megáfono. Nuestras palabras son nuestras acciones”.
Cuando estás en una posición de autoridad, tus palabras tienen un peso especial y las puedes usar ya sea para provocar ansiedad o crear una cultura de apoyo. Sin embargo, puede ser difícil saber qué hacer y qué decir. Si te encuentras un poco perdido, comienza con estos tres sencillos pasos.
1. Acércate a tus empleados de modo individual
No podemos suponer cómo se sienten las personas o quién en su red se ve afectado por algo. Habla de modo individual con tus subordinados directos para darte una idea de ello. Pregunta si hay algo que necesiten o en lo que los puedas apoyar.
Hacer preguntas sencillas al inicio de la charla, como ¿has seguido las noticias estos días? o ¿sabes si hay alguien afectado por esto?, puede revelar una conexión inesperada que nadie pensaba que se podría compartir.
Un artículo del Harvard Business Review, de la autora Sarah Noll Wilson, ofrece consejos útiles sobre cómo se debe entablar una conversación emocional con alguien. “Algunas veces, las personas no saben qué necesitan o tal vez tienen miedo de preguntar o no están seguras de qué opciones tienen disponibles –escribe–. Puedes preguntar: ‘¿Te ayudaría que hiciera X cosa?’. Ofrecer una manera específica de apoyar a alguien puede hacer más sencillo que esa persona acceda a aceptar la ayuda”.
2. Haz un espacio en las juntas para hablar
Recuerdo haber dado un taller para un grupo de directores de escuelas públicas pocas horas después de que se enteraron de que sus presupuestos anua- les se reducirían para el año siguiente. Decir que estaban distraídos sería minimizar cómo se sentían.
Si hay algo que pese en las mentes de las personas, la reunión será ineficaz si no abordas eso que las preocupa. A veces necesitas empezar encarando las noticias y creando un espacio para que puedan discutir el tema. Una vez que aceptas que hay una situación apremiante, dispersarás algo de la tensión y le permitirás a la gente que vuelva a enfocarse en su trabajo.
Tu meta es ser compasivo y comprensivo, no meterte en política, forzar a alguien a hablar o ponerlo en evidencia. Puedes empezar tu reunión semanal diciendo: “Me gustaría tomar unos minutos para hablar de lo que está sucediendo. He estado preocupado y distraído por lo que ocurre. ¿Alguien se siente igual que yo?”.
3. Dale oportunidad a la gente para que entre en acción
Muchos de nosotros nos sentimos impotentes frente a una crisis, pero hay canales en los que nosotros, como individuos, podemos hacer una diferencia en lo colectivo. Busca maneras de ayudar alineadas con los valores de tu empresa y proporciona fuentes fiables para que los empleados se involucren. Pregúntales qué organizaciones apoyan y deja que usen una porción de su horario laboral para actividades como voluntarios. Muchas organizaciones están igualando los donativos de sus empleados, hecho que los hace sentirse apoyados y además contribuye a los esfuerzos de ayuda humanitaria.
Mientras que tendemos a sentirnos rebasados o paralizados por las opciones, da un pequeño paso y empieza con eso. Una de mis citas favoritas es de san Francisco de Asís: “Empieza por hacer lo que es necesario, después lo que es posible y de repente te encontrarás haciendo lo imposible”.
Ya sea que se trate de un conflicto armado, de protestas sociales o de un desastre natural, los retos geopolíticos no desaparecerán. Como líderes y gerentes no podemos controlar o resolver estos retos, pero podemos reconocer que afectan a nuestros equipos. Cuando establecemos una cultura de apertura y debate antes de ser afectados por una crisis, tendremos los cimientos que nos den sustento cuando estemos en el ojo el huracán.
por ALLISON SHAPIRA
© The New York Times Syndicate
*ALLISON SHAPIRA enseña “Las artes de la comunicación” en la Harvard Kennedy School y es la fundadora y ceo de Global Public Speaking.