Como nuevo gerente, tu trabajo no se trata sólo de guiarte a ti mismo. También se trata de ser el guía de otros. Esto quiere decir que deberás tener más conversaciones difíciles que antes. Sigue leyendo para descubrir cómo emprender este nuevo camino y volverte un experto comunicador con tu equipo.
Una vez que llegues a tu nuevo puesto como gerente enfrentarás muchos retos. Entre ellos está aquel de saber guiar a tu equipo y darle retroalimentación a cada persona que lo compone. Para ayudar a que las personas que te reportan directamente sean productivas y se mantengan con una actitud positiva para entregarte el trabajo que les permita alcanzar sus metas comunes, necesitarás volverte un experto en comunicar y ser capaz de darles el feedback que necesitan para crecer. Además, deberás lograr esto con un enfoque positivo, a la vez que construyes confianza. Tu relación con tus empleados tendrá un efecto directo en tu habilidad de ser más influyente, motivar a los demás y ser exitoso en tu nueva función.
El problema es que los nuevos líderes a menudo aplazan tener esas conversaciones difíciles, atentando en su contra y en contra de su equipo. La raíz de este sentimiento es una falta de experiencia y práctica, que se pueden adquirir con tiempo y esfuerzo.
Aquí te compartimos dos conversaciones que todos los nuevos gerentes deben enfrentar y te decimos cómo tenerlas ahora y en el futuro.
Me gusta pensar que dar y recibir retroalimentación útil es una buena manera de construir lazos y relaciones fuertes capaces de enfrentar cambios en el mercado, una recesión o cualquier bache en el camino organizacional. Si hay un problema, lo ideal es resolverlo antes de que se vuelva más grande.
Un líder exitoso reconoce que la sinceridad y la franqueza son herramientas que vale la pena afinar. Se necesita valor para apoyar a tu equipo y ser honesto sobre su desempeño. Y se necesita práctica para asegurarte de que el feedback crítico venga de un lugar respetuoso y sin prejuicios.
Como nuevo líder, debes tener juntas individuales una vez cada semana o cada dos semanas con cada miembro de tu equipo para supervisar su trabajo y ofrecer tu apoyo. Éste es un buen momento para ofrecer feedback. No te esperes a tener las evaluaciones de fin de año: dale la oportunidad a la gente de escuchar, aprender y crecer antes de ese momento.
Para tener una buena conversación y dar feedback debes hacerlo con una energía cálida mientras te mantienes presente a lo largo de la reunión, ofreciendo tu atención sin interrupciones a la persona que se encuentra frente a ti. Puede que empieces la conversación con algo como “Tengo feedback que me gustaría compartir contigo sobre un tema. ¿Está bien?”
Cuando ofrezcas feedback que sea crítico o negativo, usa un acercamiento como el del coaching. En vez de decirle a tu empleado directo “Oye, llenaste mal este reporte. Necesito que lo arregles”, empieza dándole el beneficio de la duda y ofrece tu apoyo. Por ejemplo, una mejor manera de decirlo sería: “Sé que éste es un proceso que no es familiar para ti. Aquí te señalé algunas partes que se pueden mejorar”. Explícale a tu empleado cuál es el efecto que estas mejoras tendrán en el proyecto, equipo o meta para asegurarte de que entienda el porqué de tu retroalimentación. Después, dale tiempo y espacio para que responda. Puedes incluso animarlo preguntándole algo como “¿Qué te parece eso?”.
Al cambiar tu acercamiento y ofrecer un enfoque y comprensión, estás comunicándole al empleado que su opinión te importa. Es muy posible que haya un lado de la historia que aún no hayas considerado. Tal vez el empleado necesite más recursos. O quizá su entrenamiento fue deficiente. Sea lo que sea, escucharlo te ayudará a ofrecerle el apoyo que necesita.
Puedes terminar la conversación ofreciendo ayuda. Si demuestras que estás interesado en lo que te acaban de contestar, será más factible que se acerquen a ti en el futuro para pedirte ayuda y consejo.
Lo maravilloso de la retroalimentación es que, así como va de arriba abajo, puede ir en el sentido opuesto también. Algunos gerentes pueden estar tentados a querer imponer su opinión como parte de su estilo de liderazgo, pero parte de construir lazos surge de estar abierto y aceptar el feedback que te dan tus empleados directos. Entre más honestos y detallados sean tus empleados con su feedback mejor será la relación. La comunicación abierta es un buen indicador de integridad, confianza y un ambiente laboral sano.
Al ofrecerles la oportunidad a tus empleados directos de darte retroalimentación, también les estás demostrando que sus opiniones y frustraciones son importantes para ti. Ser receptivo a feedback productivo, sea bueno o malo, y tomártelo en serio son las claves y el sello de un líder exitoso.
Lo primero que debes hacer es crear un espacio que sea psicológicamente seguro para que los miembros de tu equipo se sientan cómodos al expresar lo que piensan, sus dudas y perspectivas, sin tener miedo de consecuencias negativas.
Cuando los líderes son dictatoriales y cerrados, los empleados pueden guardar resentimiento y no comunicar su descontento. Cultivar una cultura de comunicación honesta entre tu empleado y tú es algo crucial.
Deja que tus empleados directos sepan que estás abierto al feedback. Si te parece que la gente sigue dudando en cuanto acercarse a ti, pide la retroalimentación de manera directa y agradécelo al tomártelo en serio cuando te la ofrezcan. Incluso pequeños cambios en el lenguaje, como empezar tus reuniones individuales con “Por favor, dime si me equivoco. Quiero tener toda la información aquí para poder asegurarme de que ambos seamos exitosos en nuestras funciones” es un paso gigante en la dirección correcta. Cuando un empleado exprese sus opiniones y sus frustraciones contigo, repite lo que te diga para asegurarte de que estás en la misma página.
Finalmente, trabaja implementando la retroalimentación y dale seguimiento al compartir con el miembro de tu equipo los siguientes pasos que se deben tomar para mejorar la situación. Hacer esto probará que has emprendido acciones al respecto y estás abierto a un cambio positivo. Con el tiempo, el lazo entre ustedes se volverá más fuerte y las conversaciones serán menos intensas y estresantes.
La comunicación efectiva es algo con lo que muchos gerentes lidian y te va a tomar tiempo dominarla. Como gerente primerizo, necesitas desarrollar esta herramienta para ser exitoso. Una vez que lo logres será mucho más fácil para ti mantener comunicaciones abiertas y saludables con tu equipo, lo que te llevará a tener un mejor ambiente de trabajo, un equipo feliz y un negocio que crezca y sea sostenible.
por PATRICK THEAN*
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